ANEXO III PISCIS

La esencia que todo lo sustenta es espiritual, cuanta más conexión con el espíritu ( lo divino en nosotros, los demás y la Naturaleza) mayor sentido, belleza y amor en nuestra vida. Todo momento es bueno para orientarnos a lo divino,  a los Maestros espirituales y al grupo de condiscípulos, nuestra familia espiritual. Sin embargo Piscis no es un momento más; es el más poderoso. Sintéticamente:

  • Piscis concede la gracia.
  •  Rige para Sahasrara ( lo divino en el hombre).
  • Es el final y a la vez el comienzo del ciclo anual ( como final ofrece disolución – como inicio tiene el potencial de la semilla).
  •  Nos ofrece el aumento de la devoción.
  • Da mayor desapego (respecto de lo que causa cautiverio).

En Cáncer realizamos una práctica para re-conectar con nuestra familia de origen, nuestros padres, sus antepasados y con ellos su cultura -la savia de nuestras raíces -sanando la ilusión de estar separados y solos. En Piscis al realizar cada año la práctica de fortalecer los lazos con nuestros Maestros espirituales ( práctica dada por Thich Nhat Hanh) logramos disolver la sensación de tener un ego individual, que se define a sí mismo por ser distinto de todo, y reemplazarla por la sensación de unidad con los demás seres.

Como realizar la práctica:

La práctica es budista y se denomina “tocar la tierra”; su objetivo es aumentar en nosotros las energías del amor, la compasión, la alegría y la ecuanimidad. Dado que la esencia de la práctica es la fusión, se modifica la original colocando junto a Buda a Cristo,  en la certeza de respetar el espíritu de la enseñanza; (de hecho Thich Nhat Hanh da una práctica para unir todas las religiones y tradiciones).

Si tenemos en casa un pequeño altar, poner las fotografías de nuestros Maestros es de gran utilidad. Ofrecer un incienso, encendiéndolo con reverencia es una auténtica práctica que serena cuerpo y mente. Al mirar los ojos a tu Maestro fortaleces la conciencia de ser su continuación. Podemos decirle antes de comenzar la postración: “ Maestro enciendo este incienso para ti”.

Tocamos la tierra profundamente seis veces, con las dos piernas, las dos manos y la frente, para que la mente y el cuerpo formen una perfecta unidad. Nos entregamos a la tierra y a nuestra verdadera naturaleza.

PRÁCTICA:

💠 Empleamos una esterilla y ropa cómoda. 
Repetimos mentalmente:
PRIMERA POSTRACION – En agradecimiento me postro ante todas las generaciones de antepasados de mi familia espiritual. Veo en mí a mi Maestro que me muestra cómo amar y comprender, como respirar sonreír, perdonar y vivir profundamente el momento presente. A través de mi Maestro veo a todos los Maestros de innumerables generaciones. 
SEGUNDA POSTRACION – Veo que la energía de Buda, de Cristo y de Maestros anteriores y posteriores ha entrado en mi interior instaurando en mí la paz, la alegría la comprensión y el amor compasivo. 
TERCERA POSTRACION – Sé que la Luz de la Sabiduría que entregó para todos Buda ha transformado y sigue transformando profundamente el mundo. Se que el Amor que demostró a la perfección Jesucristo ha transformado y sigue transformando profundamente el mundo. 
CUARTA POSTRACION -Doy gracias por la enseñanza que me guía para actuar correctamente cultivando en mi la paz para que haya más paz en mi entorno, cultivando en mí la felicidad para aumentar la felicidad en mi entorno. Abro mi corazón y mi cuerpo para recibir y cultivar el amor compasivo. 
QUINTA POSTRACION – Entrego mi orgullo, mis miedos y mis deseos, rogando entrar en contacto con las cosas tal y como son. Se que al contactar con las cosas tal y como son poseo el centramiento que me da calma y extraigo un aprendizaje de las experiencias. Se que más allá de mi yo individual, soy la continuación de la Luz y el Amor.  
SEXTA POSTRACION – Tomo refugio en mi familia espiritual, practico para transformar mi propio sufrimiento y disolver mis limitaciones y para poder transmitir las energías de mi Maestro y mis antepasados espirituales a mi entorno y a las futuras generaciones de practicantes. Lo hago con profundo compromiso y gratitud”. 
Tocar la tierra es una práctica transformadora, no debe hacerse de forma automática ni con fe ciega; la clave está en  la reverencia. Luego de varias semanas habrá cambios, es recomendable tomar nota de las virtudes y los propósitos que surgen, así como de las actitudes perjudiciales que se están disolviendo. 
Dado que Aries, Tauro y Géminis son los Tres Grandes Festivales del descenso del propósito para el nuevo año, también resultan momentos altamente propicios para realizar esta práctica. Es fortalecedor saber que nuestros compañeros, nuestra familia espiritual,  la realiza como nosotros. 

 

Isabella Di Carlo

 

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