En la delgada capa donde prolifera la vida orgánica, miríadas de organismos vivos formamos el holograma dinámico que representa la estrategia de comunicación más grande del planeta.

Todo tipo de contaminación: la atómica, la petroquímica, la electromagnética, y también las de la injusticia y la violencia, generan disrupciones en la comunicación a través de esta delicada trama, que representa la circulación de la tierra viva. Somos antenas de Gaia, ese gran magneto cuyas líneas de campo transfieren corrientes de energía y patrones de información que nutren todas las formas de vida.
Cuando esa red sutil de comunicaciones se altera, cada célula, todo órgano y el organismo entero de la tierra pierde su integridad. Toda la Tierra está emitiendo un campo electromagnético del que nos estamos nutriendo. El electroencefalograma de los mamíferos, nuestros ritmos biológicos están en relación con ese campo magnético.

Pero ese campo magnético no está aislado porque asciende hasta la atmósfera, y en la atmósfera se conecta con los campos magnéticos que vienen
por fuera de la Tierra, con el campo magnético solar, e interaccionan.
De tal modo que nosotros somos producto de esa interacción, digámoslo así, de la Tierra y el cielo. Cada montaña emite, cada zona de la Tierra tiene su campo magnético local. Cada célula está emitiendo en un espectro electromagnético. Nosotros somos antenas y tenemos alrededor de 1,70 metros de altura. Como antenas estamos emitiendo en una longitud de onda y una frecuencia precisa, que es alrededor de 100 MHz. Cuando nosotros nos vamos hasta el ADN y si miramos el ADN como una antena que tiene dos metros, también está emitiendo y podemos calcular exactamente su emisión.

Así que todo emite en rango de frecuencia. Cada uno de nuestros pensamientos, nuestras ideas, nuestros sentimientos, nuestra emanación electromagnética, tienen una frecuencia. Cada uno de nuestros órganos tiene una frecuencia.
Y si concebimos a la Tierra como Gaia, como un organismo vivo, también está en comunicación permanente. En resonancia, las cadenas montañosas, las grandes masas de agua, la selva, los árboles, todo está en resonancia. Si miramos, por ejemplo, un bosque, nos podemos dar cuenta de que cuando viene un incendio forestal o cuando viene una onda epidémica, por ejemplo, el árbol que recibe esta seña de estrés inmediatamente, se va a comunicar con los otros
árboles y se va a generar una estrategia adaptativa de todo el bosque. De tal manera que el bosque, no es la suma de árboles, también es un organismo vivo.

Cuando miramos la Tierra, entonces tenemos lo que es la litosfera, es como el esqueleto de la Tierra. Tenemos la circulación, la sangre de la Tierra, verdaderos ríos internos, Amazonas internos, que están en comunicación. Si miramos las montañas, si miramos la biosfera que es como la antena interna inteligente de la Tierra, dónde se está elevando la frecuencia, entonces nos damos cuenta que es una tierra viva en comunicación. Pero cuando hay una explosión atómica, cuando hay una explosión social, cuando hay un infarto en la economía, estamos generando cortocircuitos a nivel de esa antena que podemos concebir, como una red de intercomunicación que da la integridad de la Tierra. La Tierra pierde unidad cuando esas redes se rompen. Y ahora, la propuesta es restaurar la comunicación en la Tierra, entre el Norte y el Sur, entre el Oriente y el Occidente.
También en el plano físico, porque hemos hecho con la contaminación barbaridades con la Tierra. Así que, cuando se proponen antenas, no es un hecho nuevo. Todo es una antena, nosotros somos antenas, la conciencia no es local, pero para que esa conciencia se exprese necesitamos redes de comunicación activas. Volver a tender digamos los cables, en este caso inalámbricos, para por resonancia a través de los antiguos sitios sagrados y las montañas, poder restaurar la comunicación que permita que entre todos podamos construir un mundo mejor, un mundo que hoy necesitamos.
Un Mundo Mejor te propone, con su programa de antenas para restaurar la red, ser un tejedor de la trama de la tierra. Si deseas colaborar y ser un punto nodal de esta red de armonización planetaria, basta con que construyas el nodo y rellenes nuestro formulario, indicándonos  el nombre que has dado a tu centro de armonización, las coordenadas donde está situado y, si lo deseas, adjuntando una fotografía. Esa información se incluirá en la web: www.unmundomejor.life

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