Testimonies

Una vez construido el Centro de Armonización Irati ya se observó, incluso en el día de la inauguración, que mucha gente se quedaba fuera del rectángulo que rodeaba el Centro de Armonización y no penetraba en él. Poco a poco. Al entrar alguna persona algunos se animaron, pero muchos siguieron sin acceder, como si aún no tuvieran permiso.

Un efecto que notan casi todas las personas que llegan al Centro de Armonización Irati es lo que cuesta pasar de un círculo a otro. Aunque la altura de las piedras de cada círculo tiene una media únicamente de 13,3 cm, cada vez que se traspasa un círculo es como si el pie tuviera una fuerza que lo ralentizara ligeramente, como si nuestra consciencia pasara de un orbital a otro.

Aquellos que han entrado, se han acercado al menhir y se encuentran en el punto central del Centro de Armonización Irati cuentan experiencias de todo tipo. Citamos algunas de ellas:

“Al apoyar las manos en el menhir en el lado que da al sur noté perfectamente su vibración y cómo me pulsaba en ambas manos”

“Fue un gran regalo para todos los que estuvimos”

“Los primeros días no podía entrar. La primera vez que toqué el menhir no pude dormir en toda la noche. Un mes después, al poner las manos en el menhir y cerrar los ojos, pasados unos segundos sentí una sensación de ingravidez muy fuerte”

“Siento una energía dentro que me remueve…“

“Al tocar el menhir en sus cuatro orientaciones me transmite sensaciones distintas… como si cada energía que me llega fuera diferente”

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