«Los humanos creen que cambiando o suprimiendo algo o a alguien externo que les perturba, tendrán paz. Y aquí se equivocan. Porque la paz es un estado que se debe primero instalar en uno mismo.

No os imaginéis que finalmente encontraréis la paz cambiando de marido o esposa, de apartamento, de amigos, de oficio, de país, de religión, etc. La paz no depende de estos cambios. Una cierta tranquilidad, un respiro, sí, puede ser. Pero poco tiempo después, otros tormentos vendrán a asaltaros. Comprended que estar en paz depende exclusivamente de vuestra capacidad para poner orden en vuestra vida psíquica. Incorporad esos cambios y podréis permanecer con las mismas personas, en los mismos lugares, luchando con las mismas dificultades, nada podrá ya turbaros. Porque la paz verdadera viene del interior, fluye y os invade a pesar de las turbulencias y las agitaciones del mundo exterior. Es como un río de luz que viene de las alturas e invade vuestro ser. »

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta.

 

 

 

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